En este viaje papal al África se ha hablado mucho sobre la posición de la Iglesia Católica sobre el preservativo como una forma de evitar el SIDA. Hoy leía esta nota en LANACION, titulada “Críticas al Papa por oponerse al preservativo”.
Los periódicos, definitivamente, no son una fuente muy confiable para saber con claridad qué es lo que enseña la Iglesia. Como decía el Cardenal Bertone, no es que en ellos no haya cobertura sobre asuntos religiosos, lo que no hay es calidad. Y justamente al leer este artículo en la LANACION, da la sensación de que la Iglesia dice que si un hombre va a acostarse con una prostituta, entonces no debe usar preservativo. Es grande la superficialidad con la que los medios han informado sobre las palabras dichas por Benedicto XVI en el avión que lo llevaba a Camerún.
Las mejores armas para combatir el SIDA, según la Iglesia, son la fidelidad conyugal, la abstinencia de relaciones sexuales fuera del matrimonio y la monogamia. La solución no es repartir profilácticos y dar una falsa sensación de seguridad, sino educar y enseñar en lo sexual. La solución, como dice el Papa, es “humanizar la sexualidad”, “renovar al hombre interiormente”. Todo esto es lo que enseña la Iglesia. No dice que se pueden mantener todo tipo de relaciones promiscuas a condición de no usar el preservativo. Si dejamos de cumplir algo de esto, dejamos de cumplir todo. Si desoímos lo que enseña, por ejemplo, sobre relaciones prematrimoniales, y no usamos el preservativo, no estamos cumpliendo lo que ella dice.
Por eso siempre me pareció increíble que culpen a la Iglesia por los enfermos de SIDA o por promoverlo. Es como creer que alguien que tiene relaciones con cualquier persona, que nunca escucha las enseñanzas de la Iglesia, sí la escucha en no usar el preservativo. A mayor contacto sexual hay mayores posibilidades de contagio. Es un error hacerle creer a la gente (especialmente a los jóvenes) que por usar preservativo no hay posibilidades de enfermarse.
Como dice el doctor José María Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de Médicos Católicos, para entender lo que enseña la Iglesia sobre el preservativo, es necesario comprender qué es el amor. Esto mismo es lo que les decía el Papa a los periodistas, aunque este tipo de palabras nunca aparece en los artículos periodísticos.
Castellví, en la nota citada, menciona un caso histórico:
En Yaundé, Camerún, en 1993, se celebró la VII Reunión Internacional sobre el Sida con expertos médicos y sanitarios. Fue una reunión en la que participaban unos trescientos congresistas y, se distribuyó al final, un cuestionario para que se indicase, entre otras cosas, si se había tenido relaciones sexuales durante los tres días que duró la reunión con personas que no fuesen pareja estable.
De los encuestados, el 28% contestó que sí, y de éstos, una tercera parte dijo que no había tomado “precaución” alguna para evitar contagios.
“Si esto ocurre entre personas ‘concienciadas’, ¿qué ocurrirá entre la gente normal?”, se pregunta.