Desnutrición en Argentina

Me pasaron un excelente video que me gustaría compartir con ustedes. Habla el Dr. Abel Albino. Hace pensar y exige sentirse responsable para hacer algo.

La frase: “Cuando uno ve la pobreza, la miseria y hasta la injusticia, tiene dos maneras de actuar: tratar de buscar al culpable, o aceptar la cuota de responsabilidad que a cada uno nos cabe como miembros de esta sociedad y ver de qué manera podemos dar una mano […] Todos debemos hacer lo que nos corresponde hacer y un poquito más.”

Charlas sobre drogas y alcoholismo del Dr. Alfredo Miroli

El viernes a la noche asistí aquí en Avellaneda, en el Teatro Máximo Vicentín, a una conferencia del Dr. Alfredo Miroli, sobre la prevención de las drogas y alcoholismo. La Cooperativa de Servicios Públicos, Sociales y Vivienda de Avellaneda Ltda, en el marco de los festejos de sus 70 años de vida, fue la que organizó esta serie de charlas.

Estas conferencias fueron con los chicos de las escuelas secundarias, y luego, a la noche, una charla exclusiva para padres, que fue a la que asistí. El tema, específicamente, fue “El rol de los padres frente a las adicciones hoy”, que tranquilamente podría haberse llamado “Cómo ser padres hoy”.

Y digo esto porque en una parte de la charla, donde explicaba que la prevención se comienza a realizar desde que el bebé se encuentra en el útero y donde los gestos de la madre hacia su hijo son esenciales, hizo una pausa y dijo “Miren que estoy hablando de prevención de drogas…”.

El humor estuvo presente en todo momento, lo que hizo que el evento sea entretenido, además de interesante y formativo.

Es imposible para mí hacer un buen resumen de todo lo dicho. Las cosas que recuerdo son:

  • Droga y alcohol no son lo mismo. Para el alcohol hay edades, para la droga no.
  • El rol de los padres es fundamental. Esto no suena a nada nuevo, pero a veces se insiste mucho, demasiado, en que la responsabilidad está en los Gobiernos, la policía, los jueces. Nadie dice que no tienen responsabilidad, pero eso no puede ser una excusa para los padres para no preguntarse qué pueden y deben hacer ellos.
  • La prevención se comienza desde los primeros 9 meses de vida del chico. ¿Cómo? Amándolo. No tenía idea de lo importante que es la comunicación entre el hijo y especialmente la madre en estos meses. No tengo el vocabulario científico del doctor para explicarles, pero hasta los gestos de la mamá para con su hijo lo afectan muchísimo en esta etapa.
  • En la niñéz el diálogo por parte de los padres es a modo de oferta: el padre dice cuándo hablar, cómo y sobre qué.
  • En la adolescencia, por el contrario, es a modo de demanda: el chico tiene inquietudes y él pregunta, en el momento que tiene la inquietud, y el padre responde sobre lo que el chico preguntó. Es importante que estas charlas no sean largas, sino concretas y breves, y que el chico despeje su duda.
  • Un adolescente no debería ingerir alcohol hasta que su cuerpo termine de desarrollarse, o sea no antes de los 18 años.
  • Un padre debe dialogar (pero que el diálogo ayude al hijo en sus inquietudes, que esté centrado en el presente, en la situación que está atravesando, y no en la vida pasada del padre), saber con quienes ha estado y dónde, poner límites (un padre debe ser un padre, y no un amigo o compinche, explicando que lo que se le prohíbe hacer es para su bien y porque uno lo ama) y brindarle autoestima.
  • Con la despenalización del consumo de drogas, el Dr. explicaba, a mi modo de ver de una forma muy ilustrativa y sencilla, como los responsables de esto están en contra de los narcotraficantes (como todos nosotros), en contra de la droga (como todos nosotros) pero a favor del consumo de droga. Resumidamente, “no me importa si consumís, lo que me importa es que no te la vendan.
  • Cerca del final de la conferencia, nos preguntó si queríamos una Argentina libre de drogas o bien una Argentina con libertad para consumir drogas.

Fides et ratio

Hace un tiempo comencé a leer la Carta Encíclica de Juan Pablo II Fides et ratio, “La fe y la razón”. Me gustó muchísimo y me gustaría compartir con ustedes algunos párrafos, los que más me llamaron la atención.

En realidad esos “algunos” párrafos terminaron siendo “muchos”. Lo que pasa es que el documento está muy bueno 🙂 Así que para los que no van a leer completamente este post, quisiera que por lo menos lean unas palabras de San Agustín que el Papa cita:

«El mismo acto de fe no es otra cosa que el pensar con el asentimiento de la voluntad […] Todo el que cree, piensa; piensa creyendo y cree pensando […] Porque la fe, si lo que se cree no se piensa, es nula»

De todas formas esa es una pequeña parte de un gran razonamiento del Pontífice sobre la relación entre Fe y Razón. Los que estudian filosofía o teología lo van a disfrutar mucho más que yo. La idea del post es que estas personas, o cualquier otra interesada en estas cuestiones que tienen que ver con las preguntas últimas del hombre, no lleguen a terminar de leerlo, sino que más bien bajen el documento de Juan Pablo II, lo impriman y lo lean completo. La Encíclica comienza así:

La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8-9; 63 [62], 2-3; Jn 14, 8; 1 Jn 3, 2).

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A los que están caminando lejos…

Si pensábamos que la santidad es para personas raras que se pasan todo el día rezando, definitivamente San Agustín es un contraejemplo. No podríamos creer que se trata de un santo si observáramos su vida anterior a su conversión al cristianismo. Más que su extraordinaria inteligencia, tenía algo clave: un corazón inquieto, siempre en busca de la verdad.

En el retiro que hice este fin de semana me encontré con un libro sobre él, “Los cinco minutos de San Agustín”, con pensamientos suyos para todos los días del año. En la contraportada leí una frase suya que automáticamente hizo que lo compre. Además, ahora que lo pienso, nunca me puse a leer algo de San Agustín.

Dame personas enamoradas: ellas entienden lo que yo digo.
Dame los que anhelan; dame los que tienen hambre;
dame a los que están caminando lejos, en el desierto,
que tienen sed y suspiran por la fuente del país eterno.
Dame este tipo de personas: son los que yo comprendo.

Lo próximo a leer de uno de los más importantes Padres de la Iglesia latina son sus Confesiones.

La Iglesia y el preservativo

En este viaje papal al África se ha hablado mucho sobre la posición de la Iglesia Católica sobre el preservativo como una forma de evitar el SIDA. Hoy leía esta nota en LANACION, titulada “Críticas al Papa por oponerse al preservativo”.

Los periódicos, definitivamente, no son una fuente muy confiable para saber con claridad qué es lo que enseña la Iglesia. Como decía el Cardenal Bertone, no es que en ellos no haya cobertura sobre asuntos religiosos, lo que no hay es calidad. Y justamente al leer este artículo en la LANACION, da la sensación de que la Iglesia dice que si un hombre va a acostarse con una prostituta, entonces no debe usar preservativo. Es grande la superficialidad con la que los medios han informado sobre las palabras dichas por Benedicto XVI en el avión que lo llevaba a Camerún.

Las mejores armas para combatir el SIDA, según la Iglesia, son la fidelidad conyugal, la abstinencia de relaciones sexuales fuera del matrimonio y la monogamia. La solución no es repartir profilácticos y dar una falsa sensación de seguridad, sino educar y enseñar en lo sexual. La solución, como dice el Papa, es “humanizar la sexualidad”, “renovar al hombre interiormente”. Todo esto es lo que enseña la Iglesia. No dice que se pueden mantener todo tipo de relaciones promiscuas a condición de no usar el preservativo. Si dejamos de cumplir algo de esto, dejamos de cumplir todo. Si desoímos lo que enseña, por ejemplo, sobre relaciones prematrimoniales, y no usamos el preservativo, no estamos cumpliendo lo que ella dice.

Por eso siempre me pareció increíble que culpen a la Iglesia por los enfermos de SIDA o por promoverlo. Es como creer que alguien que tiene relaciones con cualquier persona, que nunca escucha las enseñanzas de la Iglesia, sí la escucha en no usar el preservativo. A mayor contacto sexual hay mayores posibilidades de contagio. Es un error hacerle creer a la gente (especialmente a los jóvenes) que por usar preservativo no hay posibilidades de enfermarse.

Como dice el doctor José María Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de Médicos Católicos, para entender lo que enseña la Iglesia sobre el preservativo, es necesario comprender qué es el amor. Esto mismo es lo que les decía el Papa a los periodistas, aunque este tipo de palabras nunca aparece en los artículos periodísticos.

Castellví, en la nota citada, menciona un caso histórico:

En Yaundé, Camerún, en 1993, se celebró la VII Reunión Internacional sobre el Sida con expertos médicos y sanitarios. Fue una reunión en la que participaban unos trescientos congresistas y, se distribuyó al final, un cuestionario para que se indicase, entre otras cosas, si se había tenido relaciones sexuales durante los tres días que duró la reunión con personas que no fuesen pareja estable.

De los encuestados, el 28% contestó que sí, y de éstos, una tercera parte dijo que no había tomado “precaución” alguna para evitar contagios.

“Si esto ocurre entre personas ‘concienciadas’, ¿qué ocurrirá entre la gente normal?”, se pregunta.

¿Quién era ese?

El miércoles de Ceniza comenzó la Cuaresma. Para los católicos, éste es un tiempo de preparación para la Pascua. Es un tiempo especial que marca la Iglesia para cambiar y ser mejores, y así vivir más cerca de Cristo. Uno de los medios concretos que la Iglesia propone para esto es la limosna (además del ayuno y la oración). Y en este post quería comentar brevemente sobre ella.

¿Cuántas veces nos encontramos en la calle con gente que nos pide dinero? Muchas. Y en ese momento se nos vienen a la mente un sinúmero de teorías: los chicos están mandados por los padres que después gastan el dinero en bebida por ejemplo, o que en realidad, calculando lo que piden en los semáfaforos y los cambios de luces que hay en éste, ganan bastante bien. Finalmente decidimos no darles nada con la conciencia tranquila por haber evitado, en realidad, un daño.

Todas esas teorías pueden ser ciertas. Pero también hay razones para dar. También es cierto que hay gente que pide para poder comer algo ese día y quizá nosotros se lo estemos negando. O para mantener a sus hijos. O para ayudar con lo poco que llevan los padres a la familia.

Recién termino de leer este artículo del padre Carlos Skertchly. Los cristianos, más allá de las razones que nombré antes para sí dar, tenemos una razón mucho más fuerte y poderosa. El Evangelio de hace unos días nos decía (Mateo 25, 35 en adelante):

[…] Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”. Los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos habriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?”. Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”.

Desde la fe sabemos claramente quiénes son esas personas que pasan junto a nosotros y nos piden: Cristo mismo. Skertchly termina su artículo preguntándose cuándo debemos dar limosna:

¿Cuándo darla? ¿a quiénes darla? No te preocupes demasiado. Te lo dirá el corazón cuando en aquel niño malvestido y sucio de la cara, o en aquella ancianita de mirada dulce puedas ver el rostro de Cristo que te dice: “Tengo sed. Dame de beber…”

Opción por la racionalidad


Reflexionemos ahora sobre qué es la matemática: de por sí, es un sistema abstracto, una invención del espíritu humano que como tal, en su pureza, no existe. Siempre es realizado de forma aproximada, pero, como tal, es un sistema intelectual, es una gran invención –una invención genial- del espíritu humano. Lo sorprendente es que esta invención de nuestra mente humana es realmente la clave para comprender la naturaleza, que la naturaleza está realmente estructurada de modo matemático, y que nuestra matemática, inventada por nuestro espíritu, es realmente el instrumento para poder trabajar con la naturaleza, para ponerla a nuestro servicio, para servirnos de ella mediante la técnica.

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