Mi tiempo es mío

Hace algunos meses tuve la oportunidad de volver a leer el libro de Momo, en el que el autor, Michael Ende, nos presenta la historia de esta niña que posee una extraordinaria capacidad: saber escuchar.

Mientras lo leía, me admiraba el gran parecido que tiene la historia con nuestro mundo actual. Los hombres grises llegan a la ciudad y la van invadiendo de un modo silencioso y penetrante. Con engaños y artimañas van robando a los hombres su tiempo. Haciéndoles creer que pueden ahorrar horas y minutos, y depositarlos en un banco, la gente empieza a trabajar cada vez más y más, y abandona las cosas buenas y sencillas de la vida, visitar a los seres queridos, conversar con los amigos, leer un buen libro… Así, los habitantes de la ciudad se vuelven personas cada vez más solas, más egoístas, soñando con una inversión de tiempo de la que podrán disfrutar al final de sus días.

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“Ser alguien”, no “tener algo”

Lo verdaderamente asombroso es que la inmensa mayoría de las personas no luchan por «ser» alguien, sino por «tener» algo; no se apasionan por llenar sus almas, sino por ocupar un sillón; no se preguntan qué tienen por dentro, sino qué van a ponerse por fuera. Tal vez sea ésta la razón por la que en el mundo hay tantos tantas marionetas y tan pocas, tan poquitas personas. Sí, hay que amar la lucha. Creer en algo muy serio. Luchar por ello. Seguir luchando cuando nos cansemos. Seguir adelante cuando nos cansemos de caminar.

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Palabras de sabiduría

Pro 1, 20-22

La sabiduría grita por las calles, levanta su voz en las plazas.
Presenta su llamado en las encrucijadas, pronuncia su mensaje en las puertas de la ciudad:

¿Por cuánto tiempo más, gente insignificante, preferirán sus estupideces? ¿Hasta cuándo los burlones se entretendrán con sus mofas y la gente estúpida se negará a saber?

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¿Cuál es mi grado de felicidad?

Autor: P. Fernando Pascual

¿Cómo medir el grado de felicidad, de dicha, de plenitud, de una vida humana?

Entre los griegos se decía que nadie puede ser llamado feliz mientras viva, pues todo puede cambiar de repente, en cualquier momento. Cada vida está rodeada de un misterio, de una indeterminación que pone siempre en peligro cualquier felicidad conquistada en esta tierra.

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