Hace algunos meses tuve la oportunidad de volver a leer el libro de Momo, en el que el autor, Michael Ende, nos presenta la historia de esta niña que posee una extraordinaria capacidad: saber escuchar.
Mientras lo leía, me admiraba el gran parecido que tiene la historia con nuestro mundo actual. Los hombres grises llegan a la ciudad y la van invadiendo de un modo silencioso y penetrante. Con engaños y artimañas van robando a los hombres su tiempo. Haciéndoles creer que pueden ahorrar horas y minutos, y depositarlos en un banco, la gente empieza a trabajar cada vez más y más, y abandona las cosas buenas y sencillas de la vida, visitar a los seres queridos, conversar con los amigos, leer un buen libro… Así, los habitantes de la ciudad se vuelven personas cada vez más solas, más egoístas, soñando con una inversión de tiempo de la que podrán disfrutar al final de sus días.
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