Leo en esta noticia de aciprensa sobre un documento con 15 conclusiones de un “Taller de Prevensión del Aborto” organizado por la Federación Ecuatoriana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FESGO).
Algunos párrafos interesantes de la misma:
Señalan -la FESGO- que están en contra del aborto provocado “porque es un acto, no sólo ilegal, sino delictivo”; y porque “la Ciencia enseña que la vida comienza en la concepción. Si esta verdad es afirmada también por las religiones, no deja por ello de ser una verdad estrictamente científica, para transformarse en una enseñanza religiosa opinable. El que niega que la vida se inicie en la concepción no se las tendrá que ver con la Religión sino con la Ciencia. Negar esta certeza de la Biología no es expresión de falta de fe, sino de una carencia de elementales conocimientos de Genética Humana; aún más: de simple cultura general”.
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“No olvidemos –agregan– que la segunda víctima del aborto es la madre que aborta. La moderna Psiquiatría y la Psicología de última generación han consagrado el término ‘Síndrome Post Aborto’ (SPA). Hemos de saber que una madre se saca más fácilmente su niño de su vientre que de su mente y de su corazón”.
El documento dice también que a veces, el médico se ve en situaciones de conflicto entre la vida de la madre y la vida del hijo. “Ante tales situaciones se ha ideado la expresión ‘aborto terapéutico’”. “Sin embargo –argumentan–, la frase ‘aborto terapéutico’, como simple expresión, es desafortunada y nefasta, porque, si nos detenemos en el significado de la palabra ‘terapéutico’, terapéutico es sinónimo de ‘curativo’, y con esa expresión se da a entender que el cirujano puede matar al niño con el fin de salvar a la madre; cuando ni la vida de la madre ni la del hijo pueden someterse a un acto de supresión directa: El médico nunca mata”.